COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE EDUCACIÓN EN EL CONGRESO
Considero que por encima de nuestras legítimas consideraciones ideológicas y políticas hay muchas cuestiones sobre las que hay ya un acuerdo previo. Y creo que existen una serie de principios básicos sobre los que basar este gran Acuerdo.
1. Estabilidad normativa. Señorías la sociedad no nos demanda más leyes de educación. Lo que nos demanda es que nos pongamos de acuerdo sobre la mejor aplicación de las ya existentes. Hemos recorrido un largo camino en los últimos 30 años en materia educativa. Hemos conseguido tener un sistema educativo homologable a las sociedades más avanzadas. Y lo hemos hecho de manera conjunta. Todos los gobiernos democráticos han sido protagonistas de este avance, con sus aciertos y con sus errores. Y por ello, creo imprescindible fijar esta principio como elemental para abordar este gran acuerdo que les he planteado.
2. Sistema flexible. Necesitamos avanzar en este sentido. Si queremos que nuestro sistema educativo, nuestros profesores y nuestros alumnos estén mejor preparados para afrontar los retos del siglo XXI, la flexibilidad debe ser una característica de nuestra educación. La globalización en todos los ámbitos y la propia configuración de nuestras sociedades exige que los ciudadanos estén formados sí, pero también deben estar preparados para la adaptación permanente a los cambios que se producen a una velocidad vertiginosa. Por eso, nuestro sistema debe ser más permeable para adaptarse a los cambios.
3. Equidad con calidad. Señorías, hemos alcanzado un sistema educativo que todos los organismos internacionales señalan como uno de los más equitativos. Ha sido y es un éxito de la sociedad española. Hace 30 años partíamos de una situación lamentable, y hemos universalizado y extendido la educación gratuita a todos los ciudadanos. El reto que tenemos por delante es mejorar la calidad de nuestra educación, y que esa calidad alcance a todos.
4. El profesor. La figura del profesor debe estar en el centro de nuestras políticas. Hay que apoyar su labor, garantizarle los mejores medios y recursos y una formación continua. La tarea de enseñar y educar a ciudadanos del siglo XXI también requiere cambios en metodologías, en herramientas, en lenguaje, en comunicación. Es un desafío que debemos afrontar como sociedad.
5. Lenguas extranjeras. Es otro reto de nuestro país. En una sociedad globalizada el conocimiento de lenguas extranjeras se convierte no ya en una exigencia, sino en un requisito esencial. Tenemos un retraso histórico en esta materia y ganar el futuro va a suponer afrontar el desafío de la formación en lenguas extranjeras. La movilidad creciente de nuestros estudiantes y la integración política, social y económica con Europa y otras regiones del mundo convierte esta necesidad en una cuestión fundamental.
6. Universidades. Tenemos que ponernos de acuerdo en ese gran desafío de la modernización e internacionalización de nuestras universidades. Hemos de avanzar hacia la completa integración en el Espacio Europeo de Educación Superior. Ahora debemos conseguir la excelencia. En el marco de este Pacto por la Educación se propone desarrollar desde el diálogo y la cooperación la Estrategia Universidad 2015.
